Tus Experiencias


Este rinconcito creado para ti puedes dejar tus experiencias, sugerencias y porque no quejas.



Besos
Sara
Mi mundo Sensorial

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  1. UNA CITA CON SARA (Primera parte)

    Me recibes con bata negra de seda y me conduces a la habitación, luz tenue y música suave, me vuelvo y te contemplo, tu cabello suelto, tu mirada sosegada, tus labios sensuales, tu bata levemente abierta deja entrever tu lencería. Me aproximo a besarte y sin dejar de contemplarte me desvisto mientras preparas la ducha.

    Relajado y duchado, me ayudas a secarme, de pie junto al tatami, nos abrazamos, siento tu cuerpo cálido, nuestros labios se juntan y te tomo de la cintura bajo la bata, mis dedos rozan tu suave piel y juegan con el encaje de tu tanguita, me acaricias el pecho, el vientre, deslizas los dedos hasta el pubis, consintiéndome, me haces suspirar, me miras con dulzura, manos y labios se unen, te abrazo con ternura y sin separar mis labios de tu piel, beso tu cuello y sigo por tu espalda, entre besos y caricias, la bata se desliza de tus hombros, tu espalda queda en contacto con mi torso, siento el roce de tu piel tibia, te acaricio los brazos y te envuelvo entre los míos rozando tu vientre con las yemas de los dedos, beso tu cuello y cierras los ojos entregándote a mis caricias.

    El contacto de nuestra piel se estrecha y noto que mi pene relajado cosquillea tus nalgas, nuestros labios se acercan, se rozan y tomas mis manos desde tu vientre y las conduces hacia tus senos, mis dedos temblorosos se deslizan bajo el encaje de tu brasier, te acaricio sin apenas tocar, tu piel es tan suave, rozo tu cuello con los labios, me consientes, te consiento… cálidas sensaciones nos envuelven. Te beso la espalda y aflojo tu bra, separo los tirantes de tus hombros y resbalan por tus brazos, te sigo acariciando mientras lo retiras despacio, con sensual timidez.

    Ya frente a ti, me sosiego contemplando tu gesto sereno y dulce, tus senos al desnudo, acaricio con ternura tus mejillas tibias, tus labios humedecidos, tu cuello. Deslizo las yemas de mis dedos hacia tus senos, me deleito recorriendo su contorno, cosquilleando alrededor de tus pezones, casi rozándolos. Tus labios entreabiertos buscan los míos, nos unimos en un beso dulce, las manos se enlazan y tu sensualidad me envuelve. Beso tu cuello, mis labios anhelan el almíbar de tus senos, la fragancia de tu piel me sumerge en un ambiente mágico, tus pezones reaccionan al mero roce de mis labios y mi lengua juguetea ahora con uno, ahora con otro, suspiras con un gemido, no dejo de acariciarte… ya de rodillas, beso tu vientre, mis dedos recorren tus nalgas, tus muslos, tus caderas, hasta rozar tu tanguita, que retiro solo un poquito, lo justo para descubrir tu pubis y besarlo muy suave… me incorporo y me conduces al tatami, nos sentamos entre roces y caricias, me pides me acueste boca abajo.

    Me acomodas brazos y piernas. Mi cuerpo, algo tembloroso, descansa sobre el tatami, me susurras tranquilizándome, respiro profundo mientras tus manos untadas de aceite se deslizan por mis piernas, amasamientos y pases largos, rozas mis genitales, subes a mis nalgas, más aceite y más caricias muy suaves por mis genitales, ahora la espalda, pases más largos, precisos, intensos, relajas la tensión de mi cuello y cabeza. Siento tu respiración e intento controlar la mía, respirando profundo, el tiempo se detiene, tu energía espiritual me hechiza, aumentando mi sensibilidad.

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  2. UNA CITA CON SARA (Desenlace)

    Terminas el masaje, -relájate- me dices, comienzas con caricias suaves, me estimulas con roces, tocando sin tocar, tus senos resbalan por mi espalda muy lento, tus piernas se unen al recorrido y tus labios juegan recorriendo mi cuerpo, tus uñas bajan arañando toda mi espalda hasta mi pene, adviertes como me he excitado, mi cuerpo tiembla, no puedo evitar un gemido… -tranquilo-, me susurras. Me das la vuelta con cuidado, deseo besarte, abrazarte, acariciarte, pero me detienes y me recuestas para que disfrute el momento, untas tus manos de aceite y las deslizas por mi torso, mmmmmmm que suavidad, bajas lento por mi vientre hasta mi pene ahora vigoroso, acaricias tan despacio, lento muy lento imposible, apenas rozando deslizas tus dedos desde la base hasta el glande, lubricado y muy sensible, juegas con él de mil formas, agarrando, apretando, otra vez muy suave, te acercas y te sientas sobre mi pecho, reparo en que te has retirado el tanguita, me estremezco al contacto con tu piel tibia, con tu cuerpo desnudo, untas aceite en mis manos y me vas mostrando como acariciarte, despacio y muy suave, tal como te gusta, juegas con mi pene mientras sigo acariciándote el vientre, los senos… cierro los ojos, todo mi cuerpo tiembla y no puedo evitar un gemido, -no puedo más-, te digo -ssssssshh, tranquilo-, me susurras, tus dedos presionan la base de mi pene y no dejas que termine, aun no es tiempo, me incorporas y, sentados frente a frente, los cuerpos poco a poco se juntan, los labios se han ido acercando, besos terriblemente suaves, perversamente lentos, provocadores, besas mi cuello, acaricias mi pelo, los labios se unen, besar sin besar, todo fluye, acaricio tus rodillas y el interior de tus muslos apenas rozando con las yemas de los dedos, tu piel es tan suave, el recorrido tan lento, al llegar me deleito en la suavísima piel de tus inglés, muy cerca de tu vulva… regreso complaciente por tus muslos, me encanta regalarte caricias tan íntimas y cómplices, nos miramos embriagados en un halo de intimidad y ternura, de placenteras sensaciones, eres tan sensual, tus manos no paran de jugar con mi pene, manejando su vigor, dilatando el relax, llevándome al límite y descendiendo… me siento flotar y pierdo la noción del tiempo… cuando adviertes que no voy a poder aguantar más, me recuestas y me llevas a lo más alto de mi relax, haciéndome estremecer en un éxtasis tan intenso, tan largo, tan mágico… te acuestas a mi lado, me acaricias suave y mi pene mantiene su vigor, me has llevado al clímax... me sonríes y nos besamos. Me dejas un instante a solas, me relajo y saboreo esos momentos. Me pasas a la ducha. Luego charla y te sonrío con satisfacción al despedirnos.

    Me acompañas a la puerta, un beso en los labios. Hasta pronto, cielo.

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  3. SARA, MÁS QUE UNA MASAJISTA, MUCHO MÁS...

    Sara, eres una mujer realmente especial, lo primero de todo por tu calidad humana, además por tu serenidad y ternura, tu timidez y sosiego, tu sencillez, tu cálida presencia, tu naturalidad, por esas dulces caricias y sensaciones a flor de piel que compartimos, esa suave y cálida intimidad, ese mutuo respeto con que nos consentimos.

    Por eso, haberte conocido es un verdadero privilegio, no cambies Sara, se siempre tú misma.

    Un beso muy suave

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  4. Tuve la grandísima suerte de conocerte no hace mucho. Elegí una sesión con jacuzzi. Nunca había tenido una experiencia con masaje erótico y, realmente, no me equivoqué probando contigo. Fuiste mi primera vez.

    Ducha inicial de rigor. Preliminares en el jucuzzi, con besos y caricias mutuas y un poco de conversación para conocernos. Ahí creí intuir lo que me esperaba, pero me quedé corto.

    Pasamos al tatami, donde continuamos con un masaje muy sensual tú recorriendo todo mi cuerpo, yo sintiendo el tuyo y, por supuesto, con tus manos, primero por detrás, después boca arriba. Me pude levantar e interactuar, mis manos caminando sobre tu cuerpo, con larga parada en tus pechos. Incluso me guiaste cuando me viste algo más parado.

    Un final increíble. Una estimulación genital intensa y constante. No esperaba yo poder aguantar tanto a ese nivel, queriendo a la vez terminar y que no acabara nunca. Sabes parar en el momento justo y cuándo continuar. Un dulce sufrimiento. Un juego erótico de principio a fin. Repetiré. Ahora vas a hacer un dúo con Lucía y me da a mí que lo probaré en alguna de vuestras sesiones conjuntas.

    Todo en unas buenas instalaciones, bien ambientado para el tema y servicio proporcionados, limpieza y cuidado máximos, y contigo, Sara, que me pareciste una chica muy dulce, atenta, sensual al máximo y, a mi entender, guapa y con un cuerpo bonito. Sencillez y naturalidad, con un toque en el fondo de timidez que me acercó mucho más a tí. Gran profesional. Los límites están claros y no creo que merezca la pena intentar nada más que pueda incomodarte. Los comentarios de la gente simplemente confirman todo lo que aquí he contado y la gran experiencia que me llevo conmigo. Primera vez…

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